Para empezar, hay varios tipos diferentes de cremas CBD: a base de aceite, a base de disolvente, a base de agua y en loción.
Las cremas CBD a base de aceite son el tipo de crema más común que encontrarás en el mercado. Estas cremas vienen en un tarro que se puede aplicar sobre la piel con las manos. Además, el cuerpo las absorbe con facilidad, lo que las convierte en una opción popular para quienes padecen dolencias crónicas.
Las cremas CBD con base de disolvente vienen en un tubo o tarro que parece un bálsamo labial. Estos productos no necesitan ser frotados en la piel porque ya son absorbidos por el propio producto. Sin embargo, estas cremas requieren algún tipo de aplicación adicional, como frotarla en los pies o utilizarla como tratamiento para el cabello.
La crema a base de agua es similar a la loción, pero mucho más absorbente, y suele utilizarse como tratamiento específico para zonas concretas del cuerpo, como las articulaciones y los músculos. Suele recomendarse para quienes sufren molestias articulares leves o dolores musculares.
La crema de CBD es un tratamiento tópico que ofrece muchos beneficios. Las personas que sufren afecciones y enfermedades como la psoriasis, pueden encontrar alivio con las cremas CBD.
Además, el CBD no es psicoactivo y no contiene THC, que es el compuesto químico responsable de los efectos psicoactivos de la marihuana. Esto hace que la crema CBD sea una gran opción para quien quiera evitar estos efectos.
Por último, la crema de CBD se presenta en una amplia variedad de formas, como lociones, aceites, ungüentos y geles, lo que te permite encontrar lo que mejor se adapte a ti. Así que, tanto si quieres usar el CBD de forma tópica como interna, ¡hay algo que puede funcionar bien para ti!
El cannabis es una gran tendencia en el cuidado de la piel en todo el mundo, pero ¿cómo funciona y para qué sirve? Cuando hablamos del cannabis en el cuidado de la piel, distinguimos dos formas diferentes: el aceite de semilla de cáñamo, que se extrae prensando en frío las semillas de la planta de cannabis por un lado. Y por otro, el CBD, que se obtiene de las hojas de la planta mediante una extracción. Ambas tienen un efecto claro sobre la piel, pero se adaptan a diferentes necesidades por distintos motivos.
El aceite también se llama «Aceite de Semillas de Cannabis Sativa». Tiene un alto contenido natural de Omega 3 y 6, que aportan a la piel antioxidantes y propiedades antiinflamatorias. Esto significa que el aceite es bueno para garantizar una piel hidratada y flexible que no se sienta seca y con picores.
Aquí es donde se vuelve más técnico, pero en resumen, el cuerpo tiene un contenido natural de cannabinoides similares a los que se encuentran en el CBD. Esa similitud permite que el CBD del cannabis entre en el sistema endocannabinoide del cuerpo, que trabaja para crear equilibrio en el organismo. Esto significa que el CBD funciona de dos maneras. Puede fortalecer la piel directamente gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias increíblemente potentes, que, entre otras cosas, contrarrestan los primeros signos de envejecimiento y combaten las impurezas.
Al mismo tiempo, también puede ayudar a equilibrar la piel desde dentro, gracias a los cannabinoides que penetran en el torrente sanguíneo.
Además, el CBD estimula la formación de células y relaja la piel, dejándola más sana y limpia. ¡Y el cuidado de la piel con CBD puede ser utilizado por todo tipo de pieles!
Además, comprar crema de CBD es una alternativa saludable al uso de productos farmacéuticos para aliviar la sequedad de la piel, la irritación y el dolor, ya que es un analgésico natural capaz de activar y modular el sistema endocannabinoide, responsable por la respuesta antiinflamaroria ante distintos estímulos externos.